Historia Perillo-Scampini
Fuimos una familia sencilla, trabajadora, con una fe cristiana definida. Vivimos en Tapiales toda la vida, íbamos todas las semanas a misa, casi siempre los cuatro juntos. Ariel y Juan Ignacio hicieron todo el período escolar en la Congregación Marista de Marcelino Champagnat, en el colegio de Villa Lugano, pero la misa ERA EN NUESTRO BARRIO, porque allí vivíamos. LA FAMILIA PERILLO
Cuando se tiene tanto dolor en la vida, no se puede pensar, ni se puede actuar, es mirar sin ver, es moverse sin saber donde ir, es todo sin todo. Pero gracias a Dios, yo fui soy y seré una mujer con una gran fe, y desde la fe comencé a actuar, no se si fue el cielo, mi esposo o mi hijo, o la mismísima Virgen quienes me llevaron a Salta, fue un sin fin de dudas, de no saber si hacía bien o no, pero finalmente, ¡lo hice! Y así nació la Casita Azul.
Cuando murió Juan Ignacio y después de un tiempo, miré sus pertenencias y me dije ESTO NO ME PERTENECE, este departamento, este auto, la computadora, ropa y otros efectos personales deben tener continuidad, quiero hacer algo para que siempre su recuerdo este presente, y a partir de allí, encontré la solución, desde que voy a Orán una vez al año, el día 12 de noviembre, Día de la Divina Providencia, día del aniversario de la Casita Azul, me siento plena, siento tanto amor, que a veces creo que mi corazón tiene alas y se va un ratito al cielo pasea con el Didi y Juan Ignacio y después regresa junto a mi, este viaje anual me da la energía para vivir otro año.
Creo que mirar en otros lo que le pertenecía a Didi, como por ejemplo la montura de su caballo, la bicicleta, la ropa, el calzado, y ¡¡que sé yo!!, todo, todo, me hace recordarlo siempre sonriendo, con una expresión de alegría permanente.
LA ALEGRÍA DE LOS CHICOS
Cada año cuando llego a LA DIVINA, me encanta ver las caritas de los niños y los abuelos, les encanta esperar la visita de BUENOS AIRES... Este día (12 de noviembre) todo es fiesta, comienzo con el almuerzo, ¿Ven?, miren con qué delicadeza se arma la mesa, allí estoy con el hermano Rolando y los abuelos.
Después sigue la fiesta ¡hay misa!, la que se celebra “tipo campaña”, en un altar improvisado, pero pronto habrá capilla, solo hay que esperar un poquitito, y rezarle mucho a nuestra Madre del Cielo